20 abr 2006

Tan solo quisiera

Tan solo quisiera hacer tuya una noche
que mi cuerpo fuera el tuyo
que nuestra respiración fuera la misma.
Quisiera que me tocaras, que acariciaras
mis mejillas al son de cariñosas palabras,
y sentir que mirándote a los ojos
soy la única a quien enredas
¡Maldito diablo que juega malas pasadas!
Sé que para ti no soy nada
tan solo aquella que un día bailó contigo
compartió una bonita canción
y se fué, pensando que tal vez
algún día me dirías... tan solo quisiera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que esta es la poesía que más me gusta de este bloc, junto a “La llamaron mentirosa” y “No hubo nada”. Me imagino a una Bea chiquitita del pasado (del mismo tamaño, jeje) escribiendo estos sentimientos en forma de símbolos. Sintiendo, sobre todo sintiendo, y sintiendo menos al escribirlos, pero sintiendo. Se diría que estás condenada a ello.

¿Intuyes quién puedo ser? ¡Recuerda que dejaste una weya en mi espalda! Una weya invisible para ti, eso sí. Que sepas que no entendí del todo los dos últimos versos. Y sé que dirás que quedan a la libre interpretación de cada cual… Bueno, el no saber quién piensa el “tan sólo quisiera” me ha dado la excusa para saludarte y desearte buenas noches.

Y. Walter

bgmpmi dijo...

Condenada a sentir. Me lo he repetido unas diez veces y me pregunto ahora si quiero vivir con esa condena... estoy cambiando, querido Walter. Estoy tratando de dejar de sentir, de dejar de querer, de no dejar weyas ni dejar que me dejen... sueños de verdades en sábanas recientes y café esperándote.