26 abr 2006

30 de julio


Ya no me llamas cada día para preguntarme cómo estoy, a sabiendas que sabes que estoy bien. Ya no me llamas las madrugadas del día de tu cumpleaños para recordarme que te felicite, pero no ahora, sino más tarde, para que te coja por sorpresa. Ya no me llamas para decirme que le has preparado a Betis un apetecible cocido de garbanzos con su morcillita y su choricito a pesar de haberme asegurado a los dos día de que te lo regalara que lo ibas a ahorcar por orinarse en tus plantas. Hoy llevaría ya 9 años contigo. Ya no me llamas para decirme que las vecinas no hacen más que hablar de lo hermoso de tus plantas ni para decirme que el chico con el que estaba no te gusta por estar demasiado flaco. Tampoco me llamas para decirme que hoy tampoco te ha tocado la lotería pero que mañana seguro sí te toca y entonces me amenazas con consentirme todos y cada uno de esos caprichos materiales que suplantas con besos, abrazos y carcajadas. Tampoco me llamas para decirme que no pasa nada si hoy tampoco te voy a ver porque lo primero es lo primero y estás segura que seré una mujer de provecho (la más provechosa, según tú). Ya no me llamas para decirme que has llamado a tu familia de la península para que me vean en un programa de televisión de difusión insular ni tampoco para recordarme que soy un primor y, que por favor, vaya a buscar la enorme e inamovible sandía que me has comprado para que me la lleve a la playa. Ni para pasear, ni para ir al mercado, ni para que te “ensarte” la aguja... pero yo si te llamo. Te llamo para pedirte que acabes de contarme todas esas historias sin final; te llamo para pedirte disculpas por simular que rezaba cuando en realidad y muy a tu pesar aún no me he aprendido el Padre Nuestro; te llamo para pedirte que me des todos esos besos que sólo tú, sin dientes y con chicle, sabes dar. Te llamo para pedirte por favor que acabes esas toallas que tengo escondidas en algún sitio del olvido y que forman parte de mi ajuar porque mis iniciales se han quedado a medias... pero sobretodo te llamo para recriminarte que te fueras el día de tu cumpleaños, porque me quedé esperando... me quedé esperando a que me llamaras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Lux por compartir tu abuela conmigo, no es una cosa que todo el mundo estaría dispuesto a hacer; yo la primera. Ya sabes que a "nuestra" abuela la voy a ver siempre que puedo y que también le tengo mucho cariño porque me recuerda sobremanera a la mía... también sabes que a mi madre le pasa lo mismo... Dicen que muchas veces no eres consciente de lo que has tenido hasta que lo has perdido pero las pocas otras no es así... intuyes que es lo que vas a perder pero hay algo dentro de ti que no deja que te plantees que puede ser tu vida sin ellas, porque simplemente no concibes una vida sin ellas. Nacieron contigo y morirán contigo... porque cuando nacimos ya estaban y porque cuando muramos, de alguna manera, seguirán estando vivas dentro de nosotros... A pesar de hacer casi 4 años la echo de menos, tanto como el primer día. Echar de menos, un sentimiento muy bonito si sabes que en algún momento puedes echar de más. Como yo a ti, que te echo de menos pero que en un par de horas seguro te echaré de más (sabes que no!). Besos y gracias...